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Seis aspectos que nos ayudan a detectar el acoso escolar en los niños

El acoso escolar se refiere a las situaciones en las que uno o más alumnos/as persiguen e intimidan a otro a través de insultos, rumores, vejaciones, aislamiento social, motes, agresiones físicas, amenazas y coacciones… produciéndose a lo largo del tiempo, siendo sus consecuencias devastadoras, sobre todo para la víctima pero también para los espectadores y para el propio agresor/a. No se puede calificar de acoso escolar situaciones en las que un alumno/a se mete con otro de forma amistosa o como juego, ni cuando dos estudiantes a un mismo nivel discuten, tienen una disputa o se pelean.

Las características básicas del acoso escolar son:

  • Hay una víctima indefensa acosada por uno o varios agresores con intencionalidad mantenida de hacer daño
  • Hay una desigualdad de poder entre la víctima y uno o varios agresores más fuertes física, psicológica o socialmente
  • La conducta violenta del agresor contra su víctima debe ser persistente a lo largo del tiempo; la agresión supone un dolor no sólo en el momento del ataque, sino de forma sostenida, ya que crea la expectativa en la víctima de poder ser el blanco de futuros ataques

Hay cuatro tipos:

  • Físico: son conducta agresivas sobre el cuerpo o sobre la propiedad (golpes, empujones, robar…).
  • Verbal: insultos, motes, calumnias
  • Psicológico: actuaciones que corroen la autoestima (humillación, desvalorización, reírse).
  • Social: acciones que aíslan a la víctima del grupo.

Una manera de detectar el acoso escolar es la observación de los menores, algunos cambios que se pueden apreciar en la víctima son:

  1. Conductas de miedo, evitación y huida como faltar a clase (cosa que antes no sucedía), que ir a clase le provoque miedo o ansiedad, evitar hablar de temas relacionados con la escuela, escoger rutas ilógicas para ir o venir del colegio.
  2. Conductas depresivas como tristeza, rabia, llanto, somatizaciones, ideas suicidas.
  3. Conductas ansiosas que expresan inseguridad (buscar la cercanía de adultos en lugares comunes de la escuela, baja autoestima, pesadillas, ansiedad)
  4. Dificultades en las relaciones sociales (se aísla socialmente, en los juegos son los últimos en ser elegidos, adopta el rol del bufón, haciendo payasadas, busca amigos de menor edad, no lo invitan a fiestas).
  5. Descenso del rendimiento académico, dificultades de atención y concentración.
  6. Presencia de señales de agresión física (marcas en el cuerpo, ropa rota), suelen regresan sin objetos personales.

Ester, mi psicóloga en Tenerife.

www.estermuñoz.es