La comunicación es una conducta diaria, cotidiana, algo del día a día, y, por tanto, algo que consideramos sencillo. Sin embargo, la comunicación es un proceso complejo en el que influyen muchas variables.
Para empezar, la comunicación no es un proceso lineal, sino circular, ya que los mensajes que trasmitimos serán interpretados por otra persona que posee otra percepción, otras experiencias previas, otras creencias, etc. y esto influirá en la comprensión del mensaje y la posterior respuesta que se emita. Es decir, ningún mensaje será captado como lo hayamos dicho ya que dependerá de la comprensión e interpretación de quien lo recibe.
Además, tenemos que tener en cuenta de que existe un lenguaje verbal y no verbal y que es necesario que ambos sean coherentes, ya que si no causaremos confusión y no se entenderá lo que queremos expresar.
Por último, mencionar que en nuestro día a día solemos caer en determinados errores cuando escuchamos a una persona como:
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Distraernos de lo que la persona nos está contando, dejar de prestar atención a lo que nos están contando y ponernos a pensar en nuestras cosas o en lo que tenemos que hacer.
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Interrumpir cuando están hablando, para preguntar sobre otro tema o incluso sobre lo que estamos hablando, sin dar la posibilidad a la otra persona de que termine de expresarse.
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Juzgar, reprender, criticar, rechazar.
- Interpretar lo que nos está contando en función de lo que nosotros creemos que ha pasado, sin escuchar realmente lo que ha sucedido.
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Ofrecer ayudas o soluciones prematuras, sin acabar de escuchar toda la información, por lo que la ayuda puede que no sea adecuada o no sea necesaria
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Dar soluciones, sin que nos las hayan pedido y/o en ocasiones imponerlas, cuando a lo mejor la otra persona lo único que quiere es que la escuchemos y la comprendamos.
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Contar lo nuestro cuando el otro necesita ser escuchado.
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Hablar de como nos sentimos nosotros o lo que hicimos cuando estábamos en una situación similar.
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Quitar importancia a lo que el otro nos cuenta, cuando para la otra persona puede ser algo importante.
Ester Muñoz, mi psicóloga en Tenerife